Querido diario:
Ella siempre llega, aunque no está invitada.
Era un jueves en la mañana, yo estaba muy emocionada porque iba a dar un taller muy importante, todo estaba listo, yo estaba lista, segura, emocionada y feliz. Hasta que en medio de una presa a eso de las 7:00 am comencé a sentir cómo llegaba, traté de ignorarla, pero olvidé que ella detesta que la ignoren y cuando la ignoro llega con más fuerza.
Y eso pasó, comencé a sentir que me costaba respirar, entonces tomé un par de respiraciones profundas y dije: no está pasando nada. Otra vez la ignoré. Entonces comencé a sentir un hormigueo en las piernas, en las manos y me empezó a costar más respirar.
Así que le dije: ¡por favor! ¡este no es el momento, estoy manejando y voy para un evento muy importante!
Decidí que lo mejor era parquear el carro, pero cuando vi a mi alrededor estaba en el carril central de la autopista, con el carro totalmente detenido por el tráfico. Estaba rodeada, no podía parquearme; ¿qué hago? ¿me bajo? ¿pido ayuda? siento que me voy a morir. Y en ese momento, volví a la realidad.
No me voy a morir. Ya he estado aquí antes, ya hemos estado juntas antes y no me morí. No me morí antes, no me voy a morir ahora. Y entonces le dije: ya noté que está aquí, estoy sintiendo todo y no me voy a morir.
Y así, el hormigueo se fue desvaneciendo, mi respiración se normalizó, ella se fue y yo seguí mi camino, tranquila, llegué al lugar bien, me pedí un té y recordé que hacía más de 3 años, que no tenía un ataque de ansiedad ¿qué pasó? si yo ya estaba “recuperada.”
No me quedó más que desempolvar mi botiquín anti-ansiedad, retomar las prácticas que me ayudaron a superarla unos años atrás. Y aquí estoy lista, porque ella siempre llega, aunque no esté invitada y llega en momentos muy inapropiados.
La ansiedad y yo tenemos una relación extraña, ella me da miedo, pero yo aprendí a no ignorarla y por eso le escribí este poema:
El sentimiento existe. Plasmo el miedo porque lo siento, porque es real; pero lo plasmo en borrador.
En borrador porque así lo puedo editar, lo puedo cambiar.
Lo plasmo porque existe y me recuerda lo que debo cuidar, me aterriza y aterrizar siempre es importante.
En borrador porque no le doy poder eterno, le doy existencia, pero no le doy el control.
No lo ignoro. Lo acepto, lo escucho, lo reconozco, pero nunca le doy el control.
Yo tengo el control.
Le pierdo miedo, al miedo. Más bien dejo que el miedo abra la puerta al coraje, que detrás de esa puerta está lo mejor por venir.
Reconozco que detrás de cada visita que me hace la ansiedad, me conozco mejor, entiendo mejor mis miedos, mis fortalezas y siempre abro una puerta que no sabía que existía y siempre algo bueno entra por ahí.
También reconozco que ella siempre llega, aunque no está invitada y a mí no me gustan las esas visitas sorpresas.

YAJAIRA
¡Me encantó!
Super acertada la descripción. Ojalá y la mayoría de las personas pudieran reconocer sus miedos y entender que existen, no hacemos nada con tratar de negar su existencia. Los problemas existen, la posición nuestra para solucionarlos es lo importante.
Me gustaLe gusta a 1 persona